Del "nuevo Schumacher" y la mala suerte, a dar la sorpresa con un podio que persiguió durante 239 carreras
En la F1 no existen los milagros. En un deporte con todo tan medido al detalle, salir el 19o y marcarse un podio es algo que pasa una vez en la vida. Es lo que vivió ayer Nico Hülkenberg (19 de agosto de 1987, Emmerich am Rhein, Alemania). Para lograr algo así, es necesario que haya una carrera caótica, que muchos coches fallen, arriesgar con la estrategia, que tu coche responda y, finalmente, que la suerte te acompañe. Lo sabe el alemán, quien ayer acabó con algo que le perseguía desde hace demasiado tiempo: era el piloto con más carreras disputadas sin un podio. Eso se terminó. 15 años después de su debut en la F1 (en 2010, con Williams) y tras 238 carreras sin esa alegría, a la 239 fue la vencida.